Uno va en el metro observador y con…

Uno va en el metro observador y con la mente clarividente en un estado de embriaguez filosófica meditando sobre uno mismo, sobre el entorno y la insoportable levedad del ser, y de pronto una pequeña ráfaga de aire nos saca de este estado lisérgico al percibir un aroma que nos constata que lo único verdadero es la insoportable suciedad del ser.

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Valas Rod

Valas Rod

Eso es porque los metros no cobran sobreequipaje como las aerolíneas. Si les cobraran verías como se esforzarían en llevar menos gramos de roña, o en su caso de gas mostaza. Un abrazo !