Un hombre honesto llega a sentir vergüenza…

“Un hombre honesto llega a sentir vergüenza, a veces, delante de un perro.”

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albertodieguez

albertodieguez

Un perro siente vergüenza ante un hombre honesto, es la primera vez que no está ante un igual…

borgeano

borgeano

Creo, alberto, que se ha deslizado un error (si no es así me disculpo). “Un perro siente vergüenza ante un hombre DEShonesto, es la primera vez que no está ante un igual… ” Creo que así queda mejor. Pero está de usted, no es mi intención corregirlo.

albertodieguez

albertodieguez

Borgeano, no fue un desliz. Me explico, igualé a los hombres a los perros, ya sé que se habla de las bondades de los canes pero viene de antiguo lo de “Eres un perro” con muchas connotaciones negativas, y me agarré a esta acepción para decir que todos los hombres son perros, (perros=hombres deshonestos) y la excepción es la del honesto…
Probablemente tú, amante de los perros (creo), no estés de acuerdo, tomaste la acepción bondadosa de los perros…
Un saludo.

borgeano

borgeano

Ahora sí, perdón por mi incompetencia. A veces sucede. En cuanto a lo de “amante de los perros”, bueno, con el permiso de viva (a la que no le gustan los enlaces propagandísticos), lo mío está claro: adoptar es amar.

albertodieguez

albertodieguez

Ninguna incompetencia, uno escribe y los demás interpretan, ja, ja, ya hemos hablado de estas cosas…
Un abrazo.

lai

lai

Cada cual es dueño de su libertad y por tanto puede avergonzarse ante quien desee, pero sería menester que lo hiciese ante su par.

borgeano

borgeano

Schopenhauer -una de las mentes más brillantes de la filosofía- iba siempre acompañado por su perro. Prefería su compañía a la de los humanos; se dice que cuando el perro hacía alguna fechoría Schopenhauer le llamaba la atención: “Oye, deja ya de comportarte como una persona”. No siempre nuestros iguales son bípedos implumes, como dijo Platón. Y ya que estamos en tema no olvidemos a Diógenes y su busca desesperada por las calles de Atenas buscando un hombre honesto.

lai

lai

La intelectualidad lleva a grandes hombres a cometer pecado contra sus semejante de indubitable calibre

borgeano

borgeano

Perdòn, pero cuando encuentro el tèrmino “pecado” huyo como de la peste.