Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Carlos Burgos
No estoy de acuerdo: Lo importante ES LO QUE PASA, no quién define los acontecimientos; parece que lo que has escrito pertence a la escuela periodística de Jesús Hermida.
Me temo que sólo hay que leer un par (o tres, vale) de periódicos del mismo día (idem si somos vagos y, en vez de leer, nos paseamos por las diversas cadenas de tv y sus respectivos noticiarios), para darnos cuenta como, con el mismo eje de actualidad, nos presentan una disparatada realidad definida como certeza inapelable; y, en todos los casos, defendida como obvia, clara, majestuosa. ¿No está contando ahí, como lo más importante, el enfoque de partida al definir el acontecimiento? (léase el baile de cifras en una manifestación reciente). Es algo muy añejo (no se debe al retoque digital ni a los medios modernos: es un simplemente, un mal de manual) basta consultar al refranero para darnos cuenta de su atemporalidad: “todo es según el cristal…”, “cada cual cuenta la misa,…”. Habría que matizar sobre el grado de importancia, eso sí. Por lo demás, creo que el chiste de El Roto se acerca bastante a nuestra realidad como seres gregarios deseosos de seguir un dictado ajeno, colectivo, bajo el que sentirnos parte, sin perder el tiempo en reflexiones propias y adscribirnos a esa definición común, familiar, segurizante. Aunque no nos guste, Carlos, tomar partido por las lecciones de Hermida.
Estoy de acuerdo, los hechos puros no existen. Existe la interpretación que hacemos de ellos. Pero, por favor, no lo interpretéis como una opinión moral, jajaja.
No estoy de acuerdo: Lo importante ES LO QUE PASA, no quién define los acontecimientos; parece que lo que has escrito pertence a la escuela periodística de Jesús Hermida.
Era un “chiste” de El Roto en El País y creo que contiene más verdad de la que aparenta, pero lo mismo me equivoco. 😉
Me temo que sólo hay que leer un par (o tres, vale) de periódicos del mismo día (idem si somos vagos y, en vez de leer, nos paseamos por las diversas cadenas de tv y sus respectivos noticiarios), para darnos cuenta como, con el mismo eje de actualidad, nos presentan una disparatada realidad definida como certeza inapelable; y, en todos los casos, defendida como obvia, clara, majestuosa. ¿No está contando ahí, como lo más importante, el enfoque de partida al definir el acontecimiento? (léase el baile de cifras en una manifestación reciente). Es algo muy añejo (no se debe al retoque digital ni a los medios modernos: es un simplemente, un mal de manual) basta consultar al refranero para darnos cuenta de su atemporalidad: “todo es según el cristal…”, “cada cual cuenta la misa,…”. Habría que matizar sobre el grado de importancia, eso sí. Por lo demás, creo que el chiste de El Roto se acerca bastante a nuestra realidad como seres gregarios deseosos de seguir un dictado ajeno, colectivo, bajo el que sentirnos parte, sin perder el tiempo en reflexiones propias y adscribirnos a esa definición común, familiar, segurizante. Aunque no nos guste, Carlos, tomar partido por las lecciones de Hermida.
Estoy de acuerdo, los hechos puros no existen. Existe la interpretación que hacemos de ellos. Pero, por favor, no lo interpretéis como una opinión moral, jajaja.
¡Qué particular es la percepción del mundo que cada uno de nosotros tiene!
Hay tanto puntos de vista como individuos, eso es innegable.
La demostración es palpable.