Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Cat
Había una vez un niño que estaba escribiendo una carta de amor que decía así:
María, en el desayuno no como, porque pienso en ti.
María, al almuerzo no como, porque pienso en ti.
María, en la cena no meriendo, porque pienso en ti.
María, en la noche no duermo, porque estoy muerto de hambre.
Había una vez un niño que estaba escribiendo una carta de amor que decía así:
María, en el desayuno no como, porque pienso en ti.
María, al almuerzo no como, porque pienso en ti.
María, en la cena no meriendo, porque pienso en ti.
María, en la noche no duermo, porque estoy muerto de hambre.
jaja ese estuvo mucho mejor que el mío Cat 🙂 jeje
Mmmm… mejor no opino… estaba tan felizmente triste.
Si consiguiera algo de maría el apetito se le abriría. A todo mundo le sucede igual.