En plato frío

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Liacice

Liacice

¡Qué fantástico micro!. Con solo esa imagen veo toda la rabia contenida en decenas de años juntos, percibo la sonrisa cínica que se asoma en su rostro mientras se aleja del monumento. Y aún sonrié más, pensando en los vándalos que no dejarán de estampar su graffittis obscenos sobre el cuerpo de su honorable. Sobre Él… ¡que era tan pulcro y remilgado!. Ja, ja