El deseo desmedido de ver a alguien esté…
El deseo desmedido de ver a alguien, esté vivo o muerto, puede llevarnos a hacer las mayores estupideces.
C.K.J.H.G…
El deseo desmedido de ver a alguien, esté vivo o muerto, puede llevarnos a hacer las mayores estupideces.
C.K.J.H.G…
Estupidez, nº1: Cruzarte un país de punta a punta, gastándote lo que no tienes, con tal de llegar a tiempo de XXX. Vamos, que nos ponemos al más puro estilo mariachi: “la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra… si por tierra en un tren militar”, producto de años “tomados”en alcohol cantinero!!!!
Estupidez, nº2: subirnos al carro de cualquiera, sin sopesar el tremendo palizón dialéctico que nos espera, al más puro estilo Gestalt, con su terapia “yo/yo/yo” que vamos a tener que soportar de balde!!!
Estupidez nº3: levantarnos (o no acostarnos) para topetarnos en la parada del bus o del metro, al estilo “Woody Allen”, es decir, “yo sólo pasaba, pasaba por aquí”!!!!
Esas son 3 de las buenas, Liacice… Las otras, las de ver a los que están muertos mejor las dejamos; porque esas lo garantizan.
El deseo desmedido de encontrarnos, etc.
¡Me has pillado, Carlos!. He intentado evadirme del encuentro fúnebre. No hallo en mis registros deseo alguno sobre ese tema. Más bien, repulsión. No he deseado contemplar a nadie muerto ni he hecho ningún tipo de locura por ello. Supongo que si me esfuerzo, entre mis recuerdos de lecturas, boleros, cuadros o películas, acabaría por encontrar algo oportuno pero…¡hasta de pensarlo, me da repelús!. ¿Hay algún valiente en la sala?
yo creo que hay que aguantarse
Sí, esa es la teoría, pero dime que no has hecho ninguna cosa tonta para verte, o contactar, con alguien…