Como casi todas las tardes de tormenta me…
Como casi todas las tardes de tormenta, me asalta la urgente necesidad de hacerte una emboscada, cubrirte de besos que evaporen las gotas que se resbalan por tu cara y, con la excusa, no dejarte marchar
Como casi todas las tardes de tormenta, me asalta la urgente necesidad de hacerte una emboscada, cubrirte de besos que evaporen las gotas que se resbalan por tu cara y, con la excusa, no dejarte marchar
¿Y porqué no lo haces?
A veces el miedo a no ser correspondidos nos llevan a no acercarse …groso error ..pero el daño pasado nos tiende a cubrir .. enhorabuena Liacice ..muy bien descrito ..un abrazo
¡Claro que lo hago!. ¿Cómo no hacerlo si te veo anhelante, con la humedad justa, con la ropa ceñida, necesitando, implarando, mi calor?. ¡Tendría que ser de piedra (pómez) para no hacerlo!. Ese es el juego: yo me disfrazo de bandolera, tú de víctima.
A veces, hasta nos intercambiamos. Sobre todo cuando luce el sol. Entonces, soy yo la despistada, la que disimula mientras desea, espera,ser asaltada, abrasándome por los rayos, y tú: mi salvación que se planta delante y me cobija con su sombra…
¡Muchas gracias, Teclalinda por tus palabras!. Casi nunca me atrevo a comenzar a tirar del hilo y me da mucha fuerza ver que hay alguien más dispuesto a seguir. Gracias a todos: Albertobé, Albertodieguez y Viva, también por ello. ¡Me animaré más ahora que voy viendo cómo funciona. Es un placer
… y yo no me marcho, esperando la trampa y treta, y no seco mi rostro anhelando el calor de tus fogosos labios..
Te veo bandolera, Lia.