anabelprieto qué chachi! Accede para responder viva El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Accede para responder borgeano El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Y al pasar por sus cuerdas vocales hacían que éstas vibraran armónicamente, produciendo sonidos que bien podían ser tomados por palabras. Accede para responder lai Que no hombre que no, que chocaba tibia con peroné en hábil morse ¡caramba! Accede para responder borgeano Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales… lai Eg que!
viva El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Accede para responder borgeano El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Y al pasar por sus cuerdas vocales hacían que éstas vibraran armónicamente, produciendo sonidos que bien podían ser tomados por palabras. Accede para responder lai Que no hombre que no, que chocaba tibia con peroné en hábil morse ¡caramba! Accede para responder borgeano Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales… lai Eg que!
borgeano El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Y al pasar por sus cuerdas vocales hacían que éstas vibraran armónicamente, produciendo sonidos que bien podían ser tomados por palabras. Accede para responder lai Que no hombre que no, que chocaba tibia con peroné en hábil morse ¡caramba! Accede para responder borgeano Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales… lai Eg que!
lai Que no hombre que no, que chocaba tibia con peroné en hábil morse ¡caramba! Accede para responder borgeano Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales… lai Eg que!
borgeano Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales…
qué chachi!
El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento.
El viento corría entre sus huesos como en un árbol del viento. Y al pasar por sus cuerdas vocales hacían que éstas vibraran armónicamente, produciendo sonidos que bien podían ser tomados por palabras.
Que no hombre que no, que chocaba tibia con peroné en hábil morse ¡caramba!
Otra vez la realidad me da en los dientes. Tiene usted razón, mire que confundir un Xilófono con unas cuerdas vocales…
Eg que!