Afectos colaterales (2)

El soldado israelí inspeccionaba con escrúpulo funcionarial las ruinas de una casa de Beirut bombardeada por su unidad. No pudo dejar de sentir un misterioso estremecimiento cuando, entre el amasijo de escombros y vísceras removidas, contempló el cadáver de una hermosa joven libanesa. Su sangre teñía las piedras como las amapolas el aire de la primavera. Esa misma noche la poseyó en sus sueños con el desmayo de la desesperanza.

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Ahasvero

Ahasvero

Es monstruosa y realmente estremecedora esta prosa poética a pesar de que debe ser fingida, ¿no?

Bienvenido de nuevo. Un besazo.

manuel moreno

manuel moreno

Sí pero para variar con una errata, donde dice puedo debe decir pudo jajajaja, te agradecería, abusando como siempre de tu bondad, que me la corrigieras. A ver si me lo explicas y hacemos lo de las cartas, aquello que dijimos. Estaría divertido.
Un abrazo.

manuel moreno

manuel moreno

Ya no hace falta, qué bien, ya he aprendido y está corregido.
Un beso.

Ahasvero

Ahasvero

Estoy de prestado y no tengo acceso a las cartas ahora, pero no lo he olvidado. Por lo demás, me alegra que ya domines el backpage. Y gracias por tus alagos, me van a ruborizar…