CARLOS GAYOL
Gayol, completamente rebozado en barro, esperaba frente al pórtico de la iglesia, con sus ojos desorbitados y clavados en el Padre Yanke.
Gayol, completamente rebozado en barro, esperaba frente al pórtico de la iglesia, con sus ojos desorbitados y clavados en el Padre Yanke.
Por lo menos Poncio Pilatos se lavo las manos.
Te espero.
Pilatos era un señor