ARRASTRANDO EL CULO POR LA PIEDRA

Pues parece que se ha acabado esta forma de desplazamiento consistente y cómoda. Arrastrar el culo por el suelo ya no mola. Según cuentan las leyendas familiares, mi desplazamiento favorito era el arrastraculo, un tipo de movimiento consistente en dejarse el pañal pegado en el suelo junto con su contenido. Resulta que dependiendo de la superficie de fricción, puede ser algo guay o una puta -y literal- mierda. El cambio de casa trajo consigo una alta fricción: un suelo empedrado. De los de antes. Nada de gilipolleces modernas tipo microcemento con tacto de mármol rosado. Putas y jodidas piedras. Y pues, chico, pies para que os quiero. Milagro. El Niño anda.

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Alois Gutierrez

Alois Gutierrez

Definitivamente soy un fanático de los “enfants terribles”, ojo, pero no de todos. Siempre he pensado que los malos con éxito son malos inteligentes, porque ser malo y bruto es augurio de serios problemas para cualquiera que mezcle esos dos atributos, en tu caso creo que el éxito está asegurado, me gusta como manejas ese cinismo delicioso, irreverente, y que no guarda falsos respetos, de manera inteligente, acabas de ganarte un nuevo lector. Gracias por escribir, y sigue portándote mal por el bien de todos.

Ahasvero

Ahasvero

Temo estos largos y halagadores comentarios. En cualquier caso, gracias. Y cuidado con las promesas a desconocidos. 😉

Alma

Alma

Entonces no hay límites para crecer personalmente, para descubrir nuestro interior profundo, nuestro yo universal que es exactamente la misma fuente
de ese sentimiento.