Muchas veces aterra, y más que el ver los hechos de por sí aterrorizantes, el que sus perpetradores sean gentes que a conciencia se han decidido por hacer su negocio, a cómo sea, quedando así negada su propia condición de gente, y ahí está el desconcertante y máximo horror, alguien dijo “la vergüenza”: que eso lo haya hecho un semejante!
Yo en cambio leo cosas que me aterran, solo quiero que la banalidad termine.
Claro, como la maldad la banalidad no sólo existe, predomina
Y yo que acabe la bananidad. Dijo el mono.
Hermano, y es que a veces la ironía se ausenta de estos lares. Un abrazo.
Muchas veces aterra, y más que el ver los hechos de por sí aterrorizantes, el que sus perpetradores sean gentes que a conciencia se han decidido por hacer su negocio, a cómo sea, quedando así negada su propia condición de gente, y ahí está el desconcertante y máximo horror, alguien dijo “la vergüenza”: que eso lo haya hecho un semejante!