KUBLAI KHAN
No son malas, empero, estas brujas. De hecho yo las calificaría de magníficas, citéreas, vestales. Desde luego es indudable que saben como mantener el verecundo fuego de la pasión. Bien es verdad que comparadas con las miríficas prostitutas chinas resultan algo plúmbeas e incluso frígidas pero, en cualquier caso, no le dejan a uno gélido. Y siempre están ahí, guardando las esquinas de las calles, ingrávidas y estuosas. Si estas hetairas supieran mantener una conversación inteligente y divertida serían también sencillamente perfectas. ¡Cómo añoro, sin embargo, a mis amadas concubinas y maestras de las geishas!
¡Ah, las princesas de las esquinas! Si sigues el rastro de su perfume tus pasos te llevarán a la mismísima tumba de Baudelaire y sus inmarchitables flores.
Directos al abismo de la depravación y la lujuria… Amigo.
Y que se joda todo lo burgués !!!
Me ha encantado, significativamente, la forma en que esta “Pandemonia” ha sabido utilizar las palabras. Sin ser palabras rebuscadas y desconociendo su significado.
Mis saludos.