Gran Vargas. El regreso.
Por fin el Gran Vargas, desafiando a los electrónicos impulsos que le separaban de nosotras, consigue burlar los “Términos de Servicio” y aterrizar en nuestro humilde tablón comunitario de pegatinas —verborréicas aunque exiguas— para dejar sus inmarcesibles poemas y haikus, imperecederas bagatelas e inmortales divertimentos y retruécanos… justo en el momento en que el cansancio más mella hace en nuestras seudónimas fuerzas y seudopoéticas labias. La conjura ha merecido la pena. Bienvenido de nuevo, Gran Vargas.
Me vas a sonrojar. Al contrario, soy yo el que agradezco tu hospitalidad y lo limpia y bien cuidada que tienes tu casa siempre para tus amigos.
Los relimpios son los amigos, no yo.
“Re-impíos”? Mentira! Yo adoro a Jesusito.
…y yo a Josele de la cruz!!!
¿De verdad ha vuelto? No me lo puedo creer, amiga.