MAL VAO
Era como la muñeca de plástico que transportaba en el asiento de al lado: insensible, rígido, aséptico y de una aparente belleza inmarcesible de PVC. Daba asco, eso era todo. No un asco a lo nauseabundo, ni a lo orgánico, como puede dar asco una mierda -seamos claros. Era más bien un asco a lo gore, a lo terrible, a lo malvado. Un asco hecho de miedo, terror, náusea.
Nunca me habían descrito tan bien… creo que hasta me he emocionado. Qué gran momento cuando escribes: “…aparente belleza inmarcesible de PVC”.
Ya quisieras tú! pero no va contigo, egocéntrico de mis entrañas! (eso si va contigo, jajaja)
Qué bonito “egocéntrico de mi entrañas”, ves como sí va conmigo, qué bien me conoces (un parpadeo lento para ti con el ojo que me queda)
no, siiii…
Por la descripción, viajaba por el “Bus Vao”.
era Mal Vao
“vao” nauseabundo…