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José Céspedes
La luna no tiene silla, tampoco las nubes nocturnas, ni las estrellas más brillantes; quizá sea culpa del amanecer, que se hace de rogar; o, quizá, la noche quiere que le hagas caso, que te levantes y que la mires de frente.
La luna no tiene silla, tampoco las nubes nocturnas, ni las estrellas más brillantes; quizá sea culpa del amanecer, que se hace de rogar; o, quizá, la noche quiere que le hagas caso, que te levantes y que la mires de frente.
Mientras más oscura esté la noche más cercano estará el alba.
Más cercana… quise decir…
Si los abré yo ajajaa
feliz domingo!
no sera mejor acostada contemplando las estrellas o bailando hasta que amanezca?