Los sueños a veces entran sin llamar a…

Los sueños, a veces entran sin llamar, a veces hay que empujarlos para que entren y la mayoría de las veces hay que dejarse prendas en el camino para poder acariciarlo con las manos. Y con todo, hay veces que ni esta posibilidad entra.
Ellos son la antesala de la realidad.
La perseverancia y el estímulo hacen que los sueños dejen de ser sólo sueños dormidos y el desaliento y la desidia ayudan a que sigan siendo dormidos sueños.

Miguel Ángel Casas Benítez

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