Knockin on heaven’s door
Mi hermano Ahasvero y yo aporreábamos inútilmente las puertas del cielo, pero allí dentro no parecía quedar ni una libra de piedad para nosotros. Y es que aún nos faltaba por pagar 60 cuotas de nuestras respectivas hipotecas.
😆 en el próximo post va mi versión, hermano
acido, lindo.
sky:
Cuidado con la úlcera!